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Al mundo vienes para gozar de la vida. La vida es un camino que debes iniciar con "tiempo". Tienes la obligación, como persona, de buscar "ese tiempo"para disfrutar de tu vida, de tu camino.

martes, 5 de marzo de 2013

Peñón de los Enamorados (1781m), desde el Puerto del Saucillo.


Ruta clásica dentro del Parque Natural de la Sierra de las Nieves. La cual comienza en el Puerto del Saucillo, en cuyo lugar hay un mirador en el que podemos contemplar gran parte de la provincia de Malaga. La ruta señalizada por el parque va hasta el el pico Torrecilla, techo de la Sierra de las Nieves. Pasando al lado del Peñón de los Enamorados, que es nuestro objetivo en esta ocasión.
 Debido a la gran nevada caída el día anterior. Nosotros tuvimos que comenzar bastante antes, concreta mente en la cancela que hay antes de la derivación Caucón-Saucillo, ya que la pista estaba cubierta por la nieve y la cancela cerrada al trafico rodado.
Comenzamos a caminar por la pista para alcanzar el Puerto del Saucillo, en cuyo punto apenas paramos,  para ponernos un poco de crema en la cara. Continuamos y pronto nos adentramos en un bosque de pinsapos decorado por un impresionante manto blanco. Que nos recordó a bosques de otras latitudes. concreta mente ascendemos por la Cañada de Yunquera. 
Después de un tiempo de ascensión y deleite de los sentidos, llegamos a un cartel que nos indica que cerca podemos encontrar un antiguo nevero restaurado (Nevero de Yunquera). Nosotros continuamos nuestro camino, y en unos minutos llegamos a la fuente de la Perdiz, la cual se encuentra decorada por la blancura nival. Paramos a llenar la cantimplora y a disfrutar de las vistas hacia la cañada, con las sierras Cabrilla y Palmitera en el centro.
Proseguimos nuestro ascenso entre blancos pinsapos, y llegamos a una especie de cresta en la que podemos observar la otra vertiente y un hermoso pinsapar, en la zona  del arroyo de Zarzalones. Continuamos camino del puerto del Cuco, el cual alcanzamos en un ratillo. Desde este punto observamos a la derecha el Anden de la Cuchara, y a la izquierda la zona de ventisqueros, con nuestro objetivo al fondo, el peñón de los Enamorados. A partir de esta zona nos cubrió por completo la niebla, por lo que apresuramos el paso hacia nuestro objetivo. Las huellas a medida que avanzamos, cada vez eran menos patentes y la nieve mas abundante. La niebla era bastante espesa y nos despistamos un poco, y llegamos hasta el cruce con el sendero que viene  de Caucón, en cuyo punto nos dimos la vuelta, de nuevo hacia Enamorados. El cielo se abrió por un minuto, y pudimos observar el peñón y dirigirnos hacia el. 
En la pequeña subida desde el sendero, no había huella y al principio la nieve nos llegaba hasta la rodilla. Con un pelin de esfuerzo nos encaramamos en la cumbre, foto, y para abajo que corría una ventisca de aupa. La vuelta la hicimos por el mismo camino.

Distancia: 15,5 Km
Desnivel Positivo: 1079m
Desnivel negativo: 1079m
Dificultad: media


Comenzamos remontando la pista que da acceso al puerto del Saucillo.

Tras pasar el mirador del Puerto del Saucillo, nos adentramos en la cañada de Yunquera.



Impresionante como se encuentra el pinsapar.





Fuente de la Perdiz.

Panorámica de la cañada, con Cabrilla y Palmitera en el fondo.







Llegando al Puerto del Cuco.

Anden de la Cuchara.


Al fondo el Peñon de los Enamorados.


La niebla se hace presente y nos envuelve.



Quejigos de alta montaña, todo un espectáculo después de una nevada.




La niebla habre por un momento y vemos nuestra cumbre.



Delante nuestra lo poco que nos queda.

Ascendemos por un pequeño corredor.

Para en pocos minutos alcanzar..............

La Cumbre.
Sin apenas demora, comenzamos el descenso.





En el descenso por la cañada, el cielo se abre.

Panorámica desde el mirador del Puerto del Saucillo. 

Esto es todo amigos.


1 comentario:

  1. ¡Que cerquita estuvimos, compañero...!
    Me encanta despistarme a consecuencia de la niebla, como os pasó a vosotros, le da al momento ese punto de aventura que creo que llevamos en los genes desde el Cromagnon por lo menos... sin esos momentos de incertidumbre en los que hay que poner los cinco sentidos, el montañismo sería muy aburrido.
    Has descrito muy bien el momento y tus sensaciones. A ver si podemos coincidir en alguna ocasión.
    Salud.

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